Socorro y Auxilio eran dos niñas que desde
que tenían uso de razón vivían en una isla desierta en mitad del océano. No
conocían otra forma de vida. Se llamaban de esa manera pues fueron las primeras
palabras que se oyeron pronunciar, o al menos es lo que recuerdan, cuando se
vieron solitas en la orilla de la playa:
- “¡SOCORRO!”- gritó una de ellas.
- “¡AUXILIO! ...”- exclamó la otra.
Lanzaban esas palabras al viento esperando
que alguna persona las oyera y viniera en su busca, pero al otro lado de las
olas no había nadie. Desde ese día permanecen en la isla, no tuvieron más
remedio que acostumbrarse a su nueva “casa” y a otra forma de vida, que dicho
sea de paso era la única que conocían, pues de la anterior no conservaban
ningún recuerdo, habían perdido por completo la memoria.
Socorro y Auxilio no tuvieron problemas a la hora de comer pues la isla contenía una gran variedad de frutas, frutos secos , agua fresca,...Además, parece ser que antes que ellas hubo otros náufragos en la isla, lo descubrieron al encontrar sus restos, lo que habían fabricado y construido, en sus largos paseos por la orilla de la playa. Las niñas lo utilizaron para su propio servicio, pero lo que más les ayudó fueron dos animales que encontraron en una cabaña medio derruida. Se trataba de dos papagayos de vistosos colores, bueno, un papagayo y una papagaya. El macho, de color azul y rojo, se hacía llamar Milo y la hembra, de color amarillo y verde, respondía al nombre de Pili. En realidad se presentaron ellos mismos pues tenían un asombroso dominio del idioma. Desde ese momento, los dos papagayos fueron amigos inseparables de las niñas, les enseñaron, de nuevo, a hablar y numerosas artimañas para desenvolverse día a día por la isla.
Además también encontraron dos fieles compañeras en dos serpientes pequeñas que encontraron medio muertas en un claro del bosque tropical. Entonces sólo medían medio metro cada una, pero ahora han triplicado su tamaño y las llevan cogidas a la cintura o al cuello, según la calor que haga.
Esas seis criaturas vivirán aventuras inolvidables hasta que regrese un barco a rescatarlas. ¿Creéis que aceptarán volver a la civilización o por el contrario decidirán permanecer en la isla?