Datos personales

Mi foto
Cuentos, poesía y narraciones infantiles para un público ávido de letras de 0 a 100 años.

lunes, 15 de abril de 2013

PATO-CUÁ


Es un gentleman oriundo de la Gran Bretaña, todo un caballero de refinados modales y exquisito gusto en su corte inglés (el traje, en negro y blanco), repeinado y algo repipi. Claro que nunca viaja solo, es un ecosistema en sí mismo, le acompaña su mono-culo y su paja-rita amarilla limón. Lleva sombrero, bombín; en un bolsillito, el duende Toni descansa. Toni y Tuna son amigos, pero a Pato-cuá no le agrada esta relación tan campechana.
   Exactamente a las 5 o´clock, allí donde se encuentra el "mister" se sirve el té, guste o no guste. Esa es una de la pocas costumbres que conserva por parte de madre, inglesa. Porque nuestro querido Pato-cuá se educó en sus primeros años de vida con una institutriz de origen francés, por lo que domina el lenguaje galo, del que hace gala cuando se reune con altos representantes de aquel país hermano y que le ha dejado un suave acento que se acentúa los meses pares. Dominio del idioma que le abrió las puertas de la Sorbona cuando decidió estudiar filología rusa, donde alcanzó las más elevadas cotas de popularidad entre las damiselas patas. Sin embargo en su adolescencia fué enviado con un mayordomo polaco a China, para que cultivara ciertas artes  (no seré yo quien las enumere aquí) y que le serán de gran ayuda para el desempeño de su profesión. Es inútil preguntarle a pato-cuá pues presume de un hermetisco digno de un teniente alemán, que le viene por vía paterna, su padre lo era. Así pues no cabe duda de que pato-cuá es digno de aparecer en esta relato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario